Por la boca muere el pez...y el ladrón.
Nombrado como el ladrón más torpe del 2013 , Austin Lee Westfall Presler, de 19 años de edad, fue detenido después de cometer un robo, gracias al rastro de cheetos que dejó, y que iba desde el lugar del robo hasta la mismisima puerta de su casa.

Cuándo la policía comenzó a seguirle la pista encontró desde huellas naranjas, hasta restos de cheetos esparcidos por el local, el lugar dónde aparcó su coche, y también...en la puerta de su casa.
Demostrando tener unas luces que ni el alumbrado navideño de New York, el joven dejó un rastro de cheetos directo desde la tienda hasta la casa en la que se alojaba, propiedad de un amigo, y que estaba a menos de un kilómetro de la tienda que robó.
Y digo yo...¿si al pobre pulgarcito le comieron las palomas las migas de pan que dejó para volver a su casa...es que en este pueblo no había ratas voladoras o qué?... Aaaaalma de cantaro, seguro que Cheetos, no vuelve a comer
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