Una granja de Rasdorf (Alemania) ha sufrido una explosión provocada por la acumulación de gas metano producto de las flatulencias de 90 vacas. Según han informado fuentes policiales, el gas metano producido por los pedos y eructos de las vacas se concentró en unos niveles muy elevados. Fue entonces cuando una chispa eléctrica de la ordeñadora hizo que la bolsa de gas prendiera, lo que provocó una explosión y una gran llamarada que hizo temblar la instalación. Como resultado el techo y las instalaciones resultaron dañadas y ¡oh desgracia! una vaca sufrió quemaduras leves
La cosa puede resultar graciosa, pero lo cierto es que los pedos de vaca son muy peligrosos. Generan grandes cantidades de gas metano y además son perjudiciales para el medio ambiente. Aunque sin duda, el mayor riesgo es descubrir que si juntas un centenar de vacas pedorras y enciendes una chispa allí se lía la de San Quintín. Esperemos que esto no se convierta en un nuevo arma de destrucción masiva.
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