24 de abril de 2013

4 días encerrado en el ascensor

Thomas Fleetwood, un hotelero de Austria se quedó encerrado en un ascensor durante 4 días. Lógicamente lo más triste de esta historia es que en esos cuatro días no le echase de menos ni su perro.
El hombre estaba haciendo una revisión rutinaria en uno de los hoteles de su propiedad, cuando el ascensor se estropeó y se quedó encerrado entre dos plantas. Como en esos momentos el Hotel estaba cerrado allí no había ni el tato y nadie se enteró de nada. Pero lo peor de todo fue, que Thomas se había olvidado su teléfono móvil en la oficina así que estaba jodido. Intentó salir por el techo pero le fue imposible y lo más que pudo hacer fue romper un panel de cristal pequeñito y dejar que al menos entrase algo de aire.
Utilizando los recursos que había aprendido durante el servicio militar, que le dan para eso pero no para darle un hostión al techo, romperlo y salir, Thomas mantuvo la calma en todo momento y se dedicaba a hablar consigo mismo y hacer planes de  futuro. (Sí, al parecer estas son las técnicas de supervivencia en caso de encierro. ¿¿??... )
¡Y así pasó cuatro días el buen hombre! Sin comida ni bebida hasta que ¡Aleluya!, el panadero fue a dejarle la baguette y dijo: ¿qué? ¿nadie abre? ¿y mis 50 céntimos? ¿y cuánta carta en el buzón? ...y entonces investigó un poco, y se lanzó en la búsqueda de su cliente fiel gritando desesperado su nombre, hasta que Thomas le oyó y comenzó a gritar también...y así avisaron a los bomberos y le rescataron sano, salvo, y en buen estado físico. Fin de la historia. Supuestamente con final feliz, pero doy por sentado que el hotelero ahora mismo está con depresión crónica pensando que puede desaparecer cuatro días y solo va a notar su ausencia el panadero. Bueno...las penas con pan son menos

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